domingo, 12 de agosto de 2012

Hablando del cuento "Una Muerte" de H. G. Oesterheld - Primera Parte


Hace ya un tiempo largo tuve la posibilidad de leer dos notas/ensayos que cambiaron mi forma de leer el cuento "Una Muerte" de Héctor Germán Oesterheld. Una de estas notas me impulsó a escribir el artículo que compartó a continuación y que se publicó, tambien hace unos años, en el webzine CONTINUM 4 que hasta hoy día aloja PORTALCOMIC. El segundo ensayo, posterior en el tiempo, tambien me pareció invaluable para aquellos que quieran profundizar en el universo oesterheldiano, y más aún en sus trabajos dentro de la ciencia ficción.
En fin, la nota que comparto a continuación -una versión apenas actualizada de aquella publicada en 2006- es solo una excusa, un preámbulo para aquellas notas/ensayos que republicaremos en dos próximas entregas y que espero disfruten tanto como yo.

Una Muerte
¿Precuela en el universo del eternauta?

Corría el año 1965 y la historia del eternauta permanecía fresca en la memoria de los lectores. Habian pasado seis años de su publicación serializada en la revista HORA CERO SEMANAL, y la popularidad de la historieta se había afianzado con una exitosa reimpresión que se editó en 1961 dividida en tres entregas. Asimismo, inmediatamente después se publicaron en la revista ETERNAUTA (1962-1963) los relatos eternautianos "Hiroshima", "Pompeya", y luego la inconclusa secuela novelada de "El Eternauta".

En este aparente próspero contexto, Oesterheld vuelve al mercado editorial. Funda HGO Ediciones y así nace la revista GÉMINIS que solo tuvo dos números. Esta era una revista de divulgación científica que incluía relatos de ciencia ficción, un pequeño magazine muy en el estilo de la legendaria Más Allá, publicación donde el escritor también supo trabajar en los años cincuenta. Y fue precisamente en GÉMINIS, en las páginas de su segundo y último número, donde se publicó el cuento que nos ocupa.

"Una Muerte" quizás sea una de las prosas más bellas que Oesterheld haya escrito, y en esta primera publicación (Agosto de 1965), el cuento fue ilustrado por un trabajo muy particular de Alberto Breccia. Allí se pueden encontrar dos extrañas composiciones fotográficas de su autoría, una de las cuales fue utilizada como tapa de la revista.
Quienes ya leyeron el cuento, posiblemente sospechen que tanto el visitante como el Jon son seres de otro planeta. Ambos son de piel verde y una de sus manos tiene siete dedos. Pero seamos imparciales, por más que nos parezcan familiares, estas dos características por sí solas no alcanzan para identificarlos como los Manos de "El Eternauta".
Sin embargo y si apelamos a nuestra memoria, la muerte del Jon nos recuerda mucho a la muerte del Mano que tiene lugar en "El Eternauta II", historieta que se publicaría más de diez años después en la revista SKORPIO (1976). La atmósfera que comparten ambas escenas es idéntica. Pero sigamos siendo escépticos, aún estamos frente a simple evidencia circunstancial.
No obstante entre aquellas dos escenas surge otra semejanza reveladora: antes de morir, ambos alienígenas piden un pájaro para tomar entre sus manos. Lo miran con ternura y melancolía, y los dos extraterrestres comparan al ave con otra nativa de su planeta. Sorprendentemente, y aquí es donde surge la prueba concluyente, ambos la llaman "sícalo". Ahora sí no caben dudas, los dos alienígenas son del mismo planeta, y por lógica, los dos son Manos.

Con esta afirmación y el resto de los vagos datos que ofrece el relato, solo podemos dejar volar nuestra imaginación. "Una Muerte" parece estar ambientado en un escenario ribereño, tal vez el Delta del Tigre que con tanta frecuencia aparece en los relatos de HGO. No obstante no hay signos de nevadas mortales, cascarudos, ni hombres robots. Quizás -y entro ya en un plano totalmente especulativo- la invasión de los Ellos todavía no azotó la Tierra, o aún no llegó con todas sus consecuencias al lugar donde el relato se sitúa. Sin embargo hay dos Manos en nuestro planeta. Uno ha muerto y el otro investiga su desaparición. El primero, Jon, tal vez escapó para morir como un ser civilizado, o quizás estrelló accidentalmente su nave durante una misión de reconocimiento. Aquí la imaginación es el límite. El segundo Mano, el visitante, solo buscaba certezas sobre la muerte de su amigo.

Hoy un lector bien puede incluir a "Una Muerte" dentro del universo del eternauta, pero es muy probable que cuando Oesterheld escribió este cuento no haya especulado siquiera con esta posibilidad. Con su estilo inigualable, tal vez Héctor solo quiso escribir sobre los encuentros del tercer tipo, tan de auge en la época y frecuentes en su obra. Y quizás años después, mientras escribía la "El Eternauta II", recordó este bello cuento y plasmó muchos de sus elementos en la escena donde muere el Mano. En este fabuloso universo repleto de posibilidades, tal vez en ese preciso momento, un ave pasó volando bajo, en vuelo silencioso, y entonces Don Héctor se preguntó: "¿Un pájaro o un sícalo?"

Las reediciones de "Una Muerte"
Trás su primer publicación (1965), el cuento fue republicado en varias ocasiones. Aquí comparto los datos de las reediciones que he podido documentar hasta el momento. Incluso una en el extranjero. Sin duda la edición mas económoca, interesante y fácil de hallar es la publicada por Editorial Colihue.

- CIENCIA FICCION: NUEVOS CUENTOS ARGENTINOS - Calayud/Dea Edit (1968)
- L´ETERNAUTA # 01 - Comic Art / EPC (Marzo 1982) (*)
- FERIADO NACIONAL #05 - Asociados porque Queremos (Octubre 1983)
- NEUROMANTE #07 - Neuromante Inc ( Marzo/Abril 1995)
- H.G. OESTERHELD: EL ETERNAUTA Y OTROS CUENTOS DE CF - Colihue (1996)
- HISTORIAS FUTURAS. ANTOLOGIA DE CF ARGENTINA - EMECE (Julio 2000)
- REVISTA SUDESTADA #57 (Abril 2007)
- CUENTOS DE CIENCIA FICCION - ANTOLOGIA - Estrada (Noviembre 2008)
- H. G. OESTERHELD: ANTOLOGIA DE CIENCIA FICCION - Biblioteca Nacional (2012)


PROXIMAS NOTAS:
-Hablando del cuento "Una Muerte" de HG Oesterheld - Segunda Parte
"Una Muerte" por Felipe Avila.
-Hablando del cuento "Una Muerte" de HG Oesterheld - Tercera Parte
"Una Muerte" por Teresa Mira de Echeverría.