Hoy llama la atención ver en remeras, pines, tatuajes y zapatillas, el rostro del eternauta y algunos otros personajes de aquella historieta. Llama la atención como si fuera algo nuevo y realmente no lo es. Incluso desde diversas manifestaciones artísticas como la música, la plástica, el teatro, etc., la iconografía y la simbología que los autores, espectadores y observadores quieran darle a estas manifestaciones, han estado presente desde hace mucho tiempo.
Mural en la Estación Uruguay del subterráneo porteño, Linea B.
Como podemos ver en la imagen que ilustra estas palabras -un stencil fotografiado en un una pared porteña- desde hace mucho tiempo EL ETERNAUTA se ha vuelto una metáfora de la resistencia, y como el propio Oesterheld escribe en el prólogo de la obra reeditada en 1975, referente del héroe colectivo, un héroe mas humano, real y exitoso que el héroe individual. Un prólogo que en mi opinión resignifica la obra y hasta quizás, la enlaza con su posterior secuela y la remake publicada en la revista GENTE en el año 1969. Sin embargo, incluso hoy día, podemos ver también en las calles porteñas murales con el personaje, y a veces, también acompañados por ese famoso prólogo al que hacíamos antes mención. Prueba concreta del impacto que la reedición de esos años provocó en algunos lectores de entonces, o de una relectura posterior y más profunda.
Siempre supuse que fueron la primer recopilación en un tomo del año 1975, su resignificación por parte del autor y los lectores, la publicación de EL ETERNAUTA II por primera vez (1976), y la realidad socio-política de la Argentina del aquel entonces, los ingredientes principales que se conjugaron en tiempo y lugar, para formar lo que hoy representa EL ETERNAUTA. Ya sea como ícono cultural, político y/o ideológico. Hoy, indudablemente, relacionado con parte del peronismo, pero creo que tampoco en forma exclusiva.
Hace unos meses este afiche causó revuelo en el ambiente historietístico. Como decía en la
Lista de Correo Eternautas: nadie está obligado a compartir esa identificación que pone a Nestor Kirchner en el traje del eternauta. Muchos pueden encontrar esa identificación y muchos otros no. Y si no se comparte, creo que alcanza con eso, con no compartirla y en todo caso expresarlo.
La simbología política e ideológica que adquiere EL ETERNAUTA a fines de los setenta es parte del fenómeno, del todo lo que "hoy" representa más allá de la historieta. En una lectura profunda de la obra no se puede ser ajeno a todos los otros aspectos inherentes a ella. No obstante siempre opino no tiene nada de malo quedarse solo con la historieta; la historia, la aventura, si es eso lo que uno quiere. Pero al mismo tiempo, también, es pausible ir mas allá. Y así como a lo largo de la historia muchos interpretaron y reinterpretaron EL ETERNAUTA de diferentes maneras, en un futuro se hablará del "Eternéstor" como otra manifestación de esas relecturas contextualizadas en tiempo y lugar...